domingo, 7 de febrero de 2016

Los límites del conocimiento

  Nuestro conocimiento está limitado en muchos aspectos. Siempre habrá cosas que estén fuera de nuestro alcance y no lleguemos a comprender por mucho esfuerzo que se ponga en ello. Para poder explicar esta limitación voy a basarme en un tema, la vida extraterrestre.
   Este es un tema que ha sido debatido durante años y años. Pese a que a mucha gente aún le parezca un idea inconcebible el que haya vida fuera de la tierra, cada ver parece ser algo más probable. Hoy en día se llevan a cabo muchas investigaciones y hay distintas teorías sobre este asunto. Sin embargo nunca hemos llegado a obtener respuesta definitiva.

   El modo en el que creo que este tema muestra muy bien nuestro límite respecto al conocimiento no es solo la falta de información que se tiene sobre ello, ni el hecho de que haya tantísimas cosas que desconocemos, sino algo mucho más simple que son las representaciones que tenemos hoy en día de esta vida alienígena. Probablemente si digo que imagines un extraterrestre, mucha gente visionará un humano con los rasgos cambiados, ya puede ser la piel de otro color, partes del cuerpo añadidas, etc. Esto es lo que muestra el límite que he mencionado. Se nos hace muy difícil el imaginarnos una forma de vida distinta a la nuestra, pues no podemos conocer lo que no vemos. Así que simplemente lo adaptamos a nuestra imagen.

   Por ejemplo, el principio de mediocridad dice que existe una gran diversidad de formas que podría adoptar la vida extraterrestre. Existen atributos que muchas veces se dan por sentados, pero que según los expertos no tienen porque serlo, ya que no se dan en todas las especies presentes en un mismo hábitat, por lo cual éstos pueden variar o no existir. Por ejemplo órganos como la mano humana, o una posición de ojos, nariz y boca similares a la humana. También hay otros atributos, entre ellos por ejemplo el esqueleto, que aunque muchas veces se consideran una necesidad para las criaturas, podrían ser muy diferentes a lo que conocemos. Ni siquiera tienen porque estar hechos de carne y huesos, existen posibilidades inimaginables, como que tengan una forma que desconozcamos.

   En resumen, lo que quiero decir es que somos incapaces de imaginarnos algo que no conocemos, como por ejemplo no puedes pensar en un color que no hayas visto. Y esto, junto con otras muchas cosas muestra como he dicho antes, lo limitado que es nuestro conocimiento de la realidad, lo mucho que nos queda por descubrir y que hay cosas que probablemente nunca lleguemos a entender.